jueves, 31 de marzo de 2011

Tú, yo y nosotros.

Tú, yo y nosotros.

31 Marzo 2011

-I-

No soy la rosa,

efímera y bella.

No soy su color,

ardiente y cambiante.



No soy la espina,

pequeña arrogante.

No soy el rocío,

espejo del mundo.


No soy la rosa,

soy el ojo que la observa.


No soy el ave,

falsa libertad eterna.

No soy sus alas,

amantes del viento.


No soy las garras,

que sueñan sangre.

No soy su canto,

desafiante incógnita.


No soy el ave,

soy la pluma que la escribe.


No soy el viento,

soy el rostro que recibe la brisa.


No soy el ave,

no soy la rosa,

no soy el viento.


¿Quién eres?

Soy el grafito de mi lápiz

-Y no lo soy-


¿Qué eres?

Soy las palabras que quedan.

-Y no las soy-


-II-

Tú eres la rosa,

la falsa inocente.

Tú eres la fiereza,

punzante, de las espinas.


Al rojo ardiente,

la pasión le robas.

Rocío tus ojos,

bello espejismo negro.


-Tú eres la rosa,

bandera de pétalos-


Tú eres el ave,

inalcanzable sueño.

Eres las alas,

y alas repartes.


Eres las garras,

acero inmisericorde.

En el canto me envuelves,

y de el respiro.


-Tú eres el ave,

corazón rápido y salvaje-


Tú eres el viento,

y a veces me susurras en ráfagas.


¿Quién eres?

Tú eres la rosa,

Tú eres el ave,

Tú eres el viento.

-Y no lo eres-


-III-

Y nosotros,

deseo y amargura,

corazón y fauces,

silencio a gritos,

ciegos, locos y mudos…


¿Qué somos?

Lo somos todo,

aún sin ser nada.


-Aún sin saber quienes somos-

-Porque tú y yo, somos nosotros-


Violeta.

lunes, 14 de marzo de 2011

LAS ARENAS "TEMBLONAS"

Mi espiritu decayo mas y mas a medida que meditaba en esas cosas....y la vista de la pequeña y solitaria bahia, cuando alce los ojos para despertarme del todo, sirvio tan solo para aumentar mi desazon.
las ultimas luces del crepusculo se diluian, y a todo lo largo del paisaje se extendia una calma terriblemente silenciosa. El jadeo del mar, junto al banco de arena, fuera de la bahia era un rumor ahogado. El mar interior se perdia en la sombra, sin que el mas leve soplo de viento agitase su superficie. Asquerosos montones de limo de una tonalidad blancuzco-amarillenta sobrenadaban en las aguas muertas. Fango y espuma brillaban debilmente en ciertos lugares,
alli donde la luz lograba darles alcance aun, entre los dos grandes cabos rocosos que avanzaban mar adentro: uno hacia el Norte y el otro hacia el Sur. Era esa la hora del cambio de la marea, y mientras me hallaba aun aguardando alli, pude observar como la vasta y morena superficie de las arenas movedizas empezaba a ahuecarse y temblequear.......unica cosa dotada de movimiento en ese sitio tan horrendo.